“Antes de tomar los pinceles, esto es esencial, hay que tener el cuadro ya pintado en las entrañas” Fernando Fader.
Autora: Cecilia Rizzolo y la colaboración de Anna Lazo.
Somos tres defensores del arte, él desde sus pinceles, nosotras aferradas al milagro de la palabra.
Conociendo a Anna fue inevitable el deseo de provocar un encuentro con Obdulio, soy alumna de su taller desde hace más de dos años y sé de la sensibilidad de ambos.
Obdulio es un obrero en el difícil camino de la creación, nacido en Sarandí del Yi, pero desde muy jovencito desandando las calles de nuestro Montevideo.
Artista plástico, docente, desarrolla con pasión su trabajo. Su tarea de enseñar me llevó a invitar a Anna a esa esquina mágica donde está el Ateneo, con sus antiguas ventanas abiertas a la Plaza Libertad, allí las palomas y los viejos árboles se hacen cómplices de todo lo que sucede en el taller.
Nos quedamos hablando durante horas, y nuestras conversaciones continuaron en su taller particular de la calle Domingo Aramburu.
Así nació este collage de palabras que Obdulio fue pintando con sencillez y cordialidad, y nosotras recogimos y llevamos al papel.
Las imágenes que presentamos son apenas una pequeñísima parte de su obra, para que el privilegio de disfrutarlas no sea de unos pocos, sino que podamos acercarnos a ustedes, haciendo de esto un abrazo a distancia.
-¿Cuándo descubriste que querías pintar?
Obdulio: De niño, en la escuela dibujaba las carteleras y copiaba de las revistas. Pinto porque no podría hacer otra cosa, soy un adicto a la pintura.
-¿Cómo lo recibió tu familia? ¿Qué apoyo tuviste inicialmente?
Obdulio: Mi padre era un hombre muy sencillo, cuando terminó tercer año de escuela tuvo que ponerse a trabajar. Yo me vine muy jovencito para la ciudad y manteníamos un fluido contacto por carta. Él escribía con pluma, tenía una caligrafía increíble, de a poco le empecé a contar mi deseo de estudiar dibujo, pintura, grabado.
Él me contestó “Me parece muy bien, en algún momento ese papel te va a servir para algo” (se sonríe) cuando hablaba de “papel” se refería literalmente al título.
-¿De qué color pintarías tu Sarandí del Yi?
Obdulio: (piensa) Lo pintaría de colores violáceos, es un pueblo cuya gente no es fácil de llevar, ahora que lo veo de afuera, mi pueblo es bastante cerrado.
-¿Te sigues sintiendo un hombre de allí?
Obdulio: Si por supuesto, amo mi pueblo.
-¿La nostalgia se puede pintar? ¿De qué color?
Obdulio: Cuando pinto paisajes de mi pueblo, siempre pinto un poco la nostalgia, tiene mucha luz y tonos pastel, porque estas tonalidades son suavemente íntimas.
-En el arte la inspiración es fundamental… ¿El artista es ese equilibrado 50% de técnica y 50% de genio? ¿Cuál sería tu proporción?
Obdulio: Yo creo en la técnica, el artista nace pero también se hace. Si no tiene técnica es imposible sacar a luz lo que siente…ahora, no creo en la frialdad del oficio, si creo en la pintura con alma. Pienso que no existe una proporción perfecta, cada persona tiene sus tiempos y sus ritmos.
-La naturaleza es provocadora, excitante, -¿te has encontrado con algún tono de la naturaleza incapaz de lograr con la paleta?
Obdulio: Si, los atardeceres, los tonos duraznos con dejos violetas son casi imposibles de repetir. No en vano la naturaleza es la mayor creadora.
-¿Qué prefieres, espátula o pincel?
Obdulio: El pincel me da más posibilidades, pero la espátula da fuerza y placer trabajarla.
-¿Óleo o acuarela?
Obdulio: Al óleo le puedo dar más fuerza, se puede trabajar con trazos espesos, Van Gogh con una pincelada espesa podía pintar una ola, o las alas de un cuervo, o nubes...
-¿Te gustan los cuadros con textura, con arena coloreada, cáscaras, elementos marinos?
Obdulio: Para hacerlo yo, no. Eso es arte decorativo. Respeto mucho las técnicas clásicas, ahora me acabo de presentar a un concurso de grabado en España, y pedían la técnica clásica de grabado, con tinta de imprenta sobre plancha de cobre o madera, sin mecanismos modernos.
-¿Crees que el arte es solamente un mero acto de contemplación o también que debe provocar?
Obdulio: Por supuesto que debe provocar!!
-¿Así como el Guernica de Picasso denunciando una masacre?
Obdulio: Exacto, claro que mi trabajo apunta a otro tipo de provocación, despertar la sensibilidad ante un viejo rancho abandonado, que se vea como el símbolo de algo que aún agredido por el tiempo se mantiene en pié y lucha por permanecer.
-Eres un pinto muy de las cosas nuestras, la gente que te conoce te ve como una persona sencilla… ¿Es difícil la vida de un pintor?
Obdulio: La vida del pintor o de cualquiera que se dedique al arte en todas sus ramas, es difícil. Después que gané el premio Morosoli tuve más facilidad de trabajo, necesariamente hay que figurar en el mundo artístico sino dejas de existir. Me gusta mucho la docencia, pero me gustaría vivir de la venta de mis cuadros.
-¿Cómo se maneja arte y hogar?
Obdulio: Generalmente paso horas y horas en el taller pero cuando me voy para casa dejo al artista allí. Muchas veces la bohemia es una pose, un artista tiene que ser bohemio para llamar la atención, para ser vendible, pero no eso no tiene nada que ver con la capacidad artística. Cuando era más joven mi preocupación era exponer y exponer, ya no estoy tan apurado, es bueno ver la obra de otros, discutir, ver los maestros del pasado. Siempre he sido un gran observador, estoy afanado en lograr el virtuosismo técnico, quiero ser honrado, honesto conmigo mismo y con mi arte.
-Cuando vi este cuadro, estuve a punto de descalzarme y meterme en él. ¿Cómo se logra hacer sentir la frescura del agua, los olores de las matas, los trinos?
Arroyo el Bagre, Canelones
Obdulio: Me inspiré en una foto del arroyo El Bagre en la zona de Piedras de Afilar, lo recreé con la espátula. No olviden que me baso en mis vivencias en Sarandí del Yi. Me crié a la orilla de un río, mi madre era lavandera, recuerdo la blancura de la ropa al sol, perseguir mariposas en el campo, era un niño muy soñador. Además la mente almacena, puedo pintar sin mirar nada, sin modelo.
El realismo para Fidias era el logro de la perfección, para Velázquez era la traducción de la realidad, me quedo con la segunda concepción.
-Has trabajado mucho con asistencia femenina, muestras con alumnas del IASA, en La Casa de la Empleada, como artista, ¿es menos complicada la mujer, menos competitiva, o es igual al hombre?
Obdulio: Siempre tuve más alumnas, la mujer es muy creativa, pero lamentablemente el machismo, aunque parezca raro en estos días, no le deja crecer.
-¿Qué piensas de Petrona Viera?
Obdulio: Una gran pintora, lleva la bandera del planismo, (aclara con una sonrisa) pintura lisa, con poco volumen.
-Define con una palabra a Frida Kalo…bueno, con dos, o tres.
Obdulio: Es la súper mujer. Una víctima del destino, sacaba fuerza de donde no había.
-¿Cómo hace un pintor para pintar el alma, para lograr vida en la mirada?
Obdulio: En los cuadros de Rembrandt se puede saber el oficio de las personas, hacía un retrato sicológico Creo que retratista se nace, hay que saber captar, tener gran intuición.
-Si tuvieras que pintar en un solo color, ¿cuál elegirías?
Obdulio: Los tonos siena, por la armonía que me producen y al mismo tiempo porque son profundos, casi misteriosos.
-¿Qué no pintarías ni por todo el oro del mundo?
Obdulio: Jamás pintaría aquello que fuera en contra de mis principios, defendiendo la coherencia porque nunca hay que perder ese enlace con uno mismo.
-¿Es cierto que los artistas son de los pocos que trabajan con verdadero placer?
Obdulio: Totalmente, el artista hace lo que siente, lo que su alma le dicta y si además eso va acompañado de remuneración económica, vivir de lo que uno ama es extraordinario. Si en cualquier actividad una persona disfruta y se compromete, es un artista en lo que haga.
-¿Siempre te dedicaste profesionalmente a la pintura?
Obdulio: No, fue en el año 1981, tenía 28 años, con mi título de artista plástico en la mano, decidí instalar mi taller de pintura, dictar clases y al mismo tiempo hacer exposición y venta de mis obras. Es una actividad que no ha cesado hasta hoy.
-Si pensamos en Cúneo imaginamos lunas, si pensamos en Figari, candombe, así como a Torres García lo asociamos con el constructivismo… Si decimos Obdulio Gómez Carrasco ¿pensamos en?...
Obdulio: En el campo, mi pintura se da la mano con la naturaleza, con los ranchos, las lejanías, y siempre con el atardecer.
-¿Cómo fue el encuentro de tus pinturas con Juan Pablo II, Rosa Luna y Luis Alberto Lacalle?
Obdulio: Cuando me enteré de que el Papa Juan Pablo II venía a nuestro país, me contacté con el Nuncio Apostólico expresándole mi deseo de obsequiarle un cuadro de mi autoría. Fue así, que en una de las ceremonias de bienvenida le entregaron mi obra.
Cuatro meses más tarde me llegó un crucifijo del Sumo Pontífice en agradecimiento. Hoy en día la obra forma parte de la colección en el Museo del Vaticano.
Con Rosa Luna tenía una amistad directa, a modo de homenaje plasmé en el lienzo su imagen tan provocadora, símbolo inmortal de nuestro carnaval.
La obra al ex presidente Luis Alberto Lacalle, me fue encargada por un grupo de amigos de él entre los cuales se encontraba el Dr. Gonzalo Aguirre.
-¿Hasta dónde eres libre y tienes libertad para pintar?
Obdulio: Si quiero vivir de lo que pinto no soy libre, tengo que pintar lo que gusta, aceptar opiniones, gustos. Pero paralelamente pinto los cuadros que quiero, que nacen de mi pincel y mis convicciones, esos son los cuadros auténticamente míos, porque en ellos puedo crear con libertad.
-¿Qué sueña Obdulio Gómez Carrasco?
Obdulio: Sueño que mi obra llegue tanto a eruditos como a la gente sencilla, seguir viviendo de esto que es lo que amo. Creo que un cuadro en un hogar es un alimento para el alma, lo dice el refrán “No solo de pan vive el hombre”, de arte también.
“Hay que aprender a ser hombre antes de ser artista”. A. Rodin
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