martes, 26 de octubre de 2010

Gómez Carrasco en Aldeas Infantiles 2010-2011




















Entrá a Aldeas Infantiles SOS...

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El mar acaricia el suelo y moldea el barro en un torno
Invisible, transformándolo en este paisaje.
-Rocha.-





















“Sueño que mi obra llegue tanto a eruditos como a la gente sencilla, a aquellos que con sensibilidad incorporen mi trabajo a su vida cotidiana y claro, seguir viviendo de esto que es lo que amo. Porque un cuadro en el hogar es un alimento para el alma, ya lo dice el refrán “No solo de pan vive el hombre”, del arte también.”Obdulio Gómez Carrasco

Noviembre 2010


Fui niño cuando había que ser niño, el almacén de don Teofilo Quintero dónde tantas veces corría cuando mi madre me pedía algún mandado.
Yo, con mis pantalones cortos y pensando solo en jugar a la pelota, apenas llegaba al mostrador y soltaba las monedas que caían desparramadas y se imponían pidiendo ser transformadas en yerba envuelta en su papel de astrasa.

La Bailarina:

Poesía y movimiento se fusionan

para crear momentos visuales

a través de movimientos y como dice
Joaquín Sabina ...bailar, es soñar con los pies

Osiris Rodríguez Castillo

-Poema al Río Yi-

El río, rumbo que canta,
Fue mi maestro primero;
Junto a su espejo viajero
Creció indígena mi planta
Él me puso en la garganta
Las voces elementales,
Cuando en tardes estivales
Pasaba verde su canto,
Como un torrente del llanto
Vertido por los sauzales.

Azul de noches serenas,
Penas de cielos nublados,
Cantos, de cantos rodados
Rodando por sus arenas;
Ternuras dichas apenas,
Rebeldías desbordadas,
Súbitas luces robadas
A los cielos invernales,
Cual si temblaran puñales
En sus entrañas heladas!

También yo, temblaba un rayo;
Con avaricia febril,
Juntaba estrellas de abril
Para los versos de mayo.
Miré pasar, de soslayo,
Mis colores alboreros;
Buscaba los verdaderosAcordes del sentimiento,

Y ambicionaba el arrullo
Milenario de mi río,
Para hacer el viaje mío
Con la música del suyo;
Cierta noche, en que un cocuyo
Pitaba en su palidez
Alcé mi canto y tal vez
Por orgullo, o por halago,
Me puso el cielo del pago
Con estrellas a los pies.

Y crucé por su picada
Milagrosa de reflejos,
Y él me ascendió cantos viejos
Por la sangre iluminada;
Limpia luna, cincelada
por su peregrinación,
Cuajó el primer medallón
De mi rastra; y ya en la orilla,
Me encendió la maravilla
Del lucero en el talón!


Destino dulce, y amargo,
De rumoroso sendero,
Salí armado, caballero
Del canto y del viejo largo;
He dejado, sin embargo,
Tan honda raíz en él,
Que aún soy sobre el tiempo, aquel
Muchacho del mojarrero.

Regresando de Buenos Aires La Bahía de Montevideo me recibía desafiante, tormentosa esperando ser inmortalizada.

Gómez Carrasco

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